jueves, 3 de diciembre de 2009

CONTRA LA INTERPRETACIÓN

"De algunas entrevistas se desprende que Resnais y Robbe-Grillet concibieron conscientemente El año pasado en Marienbad de modo que satisficiera interpretaciones múltiples e igualmente plausibles. Y, sin embargo, debiéramos resistirnos a la tentación de interpretar Marienbad. Lo importante en Marienbad es la inmediatez pura, intraducible, sensual, de algunas de sus imágenes, así como sus soluciones rigurosas, aunque rígidas, de determinados problemas de la forma cinematográfica.
Abundando en todo esto, pudiera ser que Ingmar Bergman pretendiera representar con el tanque que avanza con estrépito por la desierta calle noctura de El silencio un símbolo fálico. Pero si lo hizo, fue una idea absurda ("No creas nunca al cuentista, cree el cuento", dijo Lawrence). Esta secuencia del tanque, considerada como objeto bruto, como equivalente sensorial inmediato de los misteriosos, abruptos y acorazados acontecimientos que tenían lugar en el hotel, es el momento más sorprendente de la película. Quienes buscan una interpretación freudiana del tanque sólo expresan su falta de respuesta a lo que transcurre en la pantalla.
Siempre sucede que las interpretaciones de este tipo indican insatisfacción (consciente o inconsciente) ante la obra, un deseo de reemplazarla por alguna otra cosa.
La interpretación, basada en la teoría, sumamente cuestionable, de que la obra de arte está compuesta por trozos de contenido, viola el arte. Convierte el arte en artículo de uso, en adecuación a un esquema mental de categorías".
"[...] Pero el vanguardismo programático -que se ha propuesto fundamentalmente experimentaciones con la forma a expensas del contenido- no es la única defensa contra las interpretaciones que infestan el arte. Al menos, así lo espero, pues ello supondría condenar al arte a una persecución perpetua (también perpetúa la misma distinción entre forma y contenido que es, en último término, una fantasía). Idealmente, es posible eludir a los intérpretes por otro camino: mediante la creación de obras de arte cuya superficie sea tan unificada y límpida, cuyo ímpetu sea tal, cuyo mensaje sea tan directo, que la obra pueda ser...lo que es".

Susan Sontag, CONTRA LA INTERPRETACIÓN, 1964

1 comentario:

David dijo...

Nunca he visto un simbolo fálico cuando he visto el tanque de Silencio. Y mira que es buena esa película.

Creo que todos tendemos a "interpretar" o "buscar significados" a las cosas, obras o lo que sea... más allá de que éstas no lo pretendan, o tengan otro muy distinto al que tiene el lector. Incluso "no interpretar" es una manera de "interpretar", en el fondo.

Es un tema que daría pie a muchas "interpretaciones", ¿no? (ja,ja)

De hecho, yo he leído varias distintas de Marienbad (vampiros, monotonía de la vida, ida de olla, etc..)
Un ensayo de Sontag que me gustó fue Ante el dolor de los demás. Sé que no tiene mucho que ver con el post. Pero es un libro interesante y recomendable.